Claudio Araya Sotomayor

Estoy aprendiéndo a usar la página...a alguien se le ocurrió modernizarme...

Friday, July 24, 2009

TRANSCRIBO LA RESPUESTA DE ROLANDO JIMÉNEZ EN APOYO A LA LEGALIZACIONES DE LAS UNIONES HOMOSEXUALES

El título de esta columna fue la repuesta que tiempo atrás di a laparlamentaria María Angélica Cristi cuando ella cuestionó que laComisión de Familia de la Cámara de Diputados recibiera al Movilh para debatir sobre las uniones civiles.

Cristi, en su calidad de presidenta de la mencionada Comisión, en realidad no concibe que composiciones distintas a las de los matrimonios heterosexuales podamos ser familia, como si tal concepto tuviese una sola interpretación o como sí ese término estuviese reducido a aspectos religiosos o legales o a ideologías que poco y nada le importan el amor y las proyecciones entre parejas diversas, como las homosexuales o las transexuales.

El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha señalado que la "familia" debe interpretarse como un "concepto amplio que incluya a todas las personas que componen la familia, tal como se entienda ésta en la sociedad del Estado Parte de que se trate".

Las sociedades en Chile han cambiado, según lo demuestran diversos estudios, y de paso la concepción de familia también se ha ampliado para integrar las diversas realidades. Hoy, de cada 10 niños/as que nacen en Chile, siete son hijos/as de padres y madres que no están casados/as, señaló un reciente reportaje de La Tercera.

Suponer que estos niños y niñas, con sus respectivos padres y madres; no constituyen familia por la única razón de que sus progenitores no están casados y/o no conviven, sólo es una apreciación discriminatoria y desconocedora de en que país se vive.

Lo mismo sucede en el caso de niños cuidados por parientes o personas distintas a sus madres o padres biológicos o con las parejas homosexuales o transexuales, todos sectores unidos por el amor y por la decisión de vivir juntos para cuidarse y contribuir desde sus experticias, desde su núcleo familiar, al desarrollo de su entorno o comunidad más cercana y, de paso, del país como conjunto.

Las parejas homosexuales y transexuales ya son una realidad conocida en nuestro país, y mejor aún, cada vez más aceptada por las generaciones más jóvenes, según lo demostró un reciente estudio del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv). De acuerdo al sondeo, el 56 por ciento de los jóvenes está de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras que el 51 por ciento aprueba que homosexuales puedan tener o adoptar hijos, cifras que explicitan un aumento de 21 puntos porcentuales en comparación con fines del 2006.

La diferencia entre parejas homosexuales y heterosexuales no radica, entonces, en que unas sean familia y otras no. La gran diferencia, que es una inhumana desigualdad, es la imposibilidad de las primeras para regular su relación (régimen patrimonial, previsional, de salud, de herencias, etc), pues en Chile no está permitido el matrimonio o las uniones entre personas del mismo sexo. Así, mientras los heterosexuales pueden optar por unirse o no en matrimonio, otro 10 por ciento de la población carece de esta alternativa.

Un caso ya emblemático es el que afecta a Sebastián Velásquez y su pareja, quienes ayer, con nuestro apoyo y el patrocinio de la Corporación de Interés Público, presentaron la primera demanda ante tribunales para que se reconozca que su hogar, con ocho años de sólida relación, constituye un “bien familiar”.

La demanda es una necesidad, pues legalmente la casa es sólo propiedad de la pareja de Sebastián, tras haberla heredado por el fallecimiento de su madre y padre, cuando tenía 9 y 11 años en forma respectiva.

Sí la pareja de Sebastián fallece o sufre un accidente grave, las posibilidades de que familiares lejanos se apropien de los bienes son mayúsculas. Y aunque así no fuera, la casa tampoco podría ser de Sebastián y quedaría en tierra de nadie.

Varios sectores homofóbicos y conservadores han señalado que estos problemas se pueden resolver mediante la generación de sociedades anónimas o heredando, tras trámites legales costosos y difíciles.

El asunto es que estamos hablando de dignidad e igualdad. Relaciones como las de Sebastián y su pareja constituyen una familia, no una sociedad comercial, y como tal merecen ser reconocidas por nuestra legislación y justicia como tales, teniendo la posibilidad de acceder en igualdad de condiciones a los derechos con que gozan las uniones heterosexuales. Es decir, no se demandan leyes o normas especiales, sino que iguales para todos los chilenos y chilenas, tal cual está garantizado en nuestra Constitución.

La travesía legal iniciada por Sebastián y su pareja requiere también de la profundización de los cambios culturales que ya se están dando y para ello, desde el movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales hemos desarrollado innumerables campañas ciudadanas.

En ese sentido, y con el respaldo de la Embajada del Reino de los Países Bajos, iniciaremos próximamente nuevas campañas con ese fin, a objeto de que todos y todas comprendamos y repudiemos que en este país haya derechos humanos que están siendo negados a personas por la única razón de amar a otras de igual sexo o por tener una identidad de género diversa.
Y es que prevenir y corregir estas injusticias debe ser tarea de cualquier persona que crea en el respeto total a los derechos humanos, sin dobles lecturas y sin posturas autoritarias o sectarias que buscan imponer a otros una forma particular de vivir y relacionarse.

Saturday, May 30, 2009

Facebook | Vídeos publicados por Movilh Chile: Histórico: Santiago aprobó Ordenanza contra la Discriminación

Facebook Vídeos publicados por Movilh Chile: Histórico: Santiago aprobó Ordenanza contra la Discriminación

Yo no bebo pero la ocasión lo ameritaba...me hubiese tomado hasta un cartonaire igual con mucho gusto

Wednesday, May 13, 2009

ORDENANZA MUNICIPAL DE SANTIAGO CONTRA LA DISCRIMINACIÓN




Me sentí muy orgulloso de asistir hoy, miércoles 13 de mayo del 2009 a las 15:30 hrs, a la invitación que me hizo el Movilh, a través de su dirigente y presidente Rolando Jiménez, de participar y apoyar, junto a otras muchas personas, como testigo presencial de la sesión municipal de Santiago donde se dio por aprobada por unanimidad la Ordenanza Municipal contra la Discriminación, siendo ésta un beneficio para todos los sectores, incluidas las minorías sexuales creando un precedente en Chile de cómo debemos enfrentar esta actual sociedad , siendo esta el respeto al individuo basado en la TOLERANCIA protegida y enmarcadas en un contexto legal.

Thursday, April 12, 2007

CUENTOS URBANOS II: IMPRESIONES SOBRE "SER DIGNO DE SER"

Tiempo atrás, al leer la cartelera de películas, me llamó la atención un título “Ser Digno de Ser”, gustándome porque me hacía sentido en lo poético, en lo lírico. Calzaba con mis sueños de lograr ser una mejor persona, de soñar con una sociedad más justa. Por ello ayer miércoles, como los cines cuestan un poco más de la mitad de precio y el cine-arte estaba en un área cercana a mi departamento, evitándome las angustias de una frecuencia nocturna inexistente que se me presenta agresiva con el nuevo sistema de transporte público llamada, tan pomposamente, Transantiago, fui a verla.

Iba a asistir al cine con un amigo, sin embargo presentí que debía ir solo. Llorar me pone muy feo porque me pongo inconsolable y no duermo bien tratando de procesar el por qué de los por qué. Eso me sucedió anoche; cansado de llorar en el cine, de tener la mala fortuna de salir y encontrarme con un conocido que me mira con espanto por mis ojos hinchados y brillosos y preguntarme la razón de ello, de subir al transantiago y que una persona me ceda su asiento suponiendo que mi malestar, a simple vista, se debía a “esas” patologías que se han gatillado por este gran cambio urbano. Resumiendo: cercano a las cuatro de la madrugada desperté y estoy sentado frente a mi laptop (…que hasta hace poco para mi era mi notebook), escribiendo mis impresiones de anoche.

Si bien la película es muy intensa en cuanto a golpear las emociones básicas propias que me hicieron impacto de entrada, el ser de una extensión considerable donde sentí, por momentos, la pérdida del hilo conductor de lo que le estaba ocurriendo al protagonista y más allá del problema épico que significó el éxodo de los etíopes judíos a Israel, concluyo que todo valió la pena porque me procuró indagar en mi memoria y reflotar partes de mi vida que tenía perdida u olvidadas o que no me había percatado de lo importante que habían sido en su momento y que habían quedado registradas en mi disco duro sin yo pretenderlo. Tal fue la situación fotográfica de la película, los tonos color tierra, las mujeres envueltas en paños color crudo, los hombres con turbantes rasgados por el viento y los movimientos propios, sus rostros misteriosos mostrándose entre luz y sombra, esa belleza fotográfica de una pobreza grosera, de infancias marginales cubiertas de tierra y viento, de un hambre que te seca el alma, madres que día a día se enfrentan a la decisión de postergarse por una esperanza de vida: sus hijos. Es ahí donde me pregunto dónde estaba el Dios Padre Omnipotente y JUSTO que me inculcaron de pequeño. Es ahí donde encuentro sentido a lo que siempre he sospechado, y en estas situaciones pasan a ser certezas, la existencia de un dios mezquino, injusto, discriminador, insensible y absolutamente despreciable. Sin embargo, el Dios generoso y fuerte que he conocido ha sido a través de lo épico, del Dios que esta dentro de cada persona que ha sufrido y ha luchado por cambiar su estado, de cada persona tratando de sobrevivir en sociedades perversas e intolerantes, de cada persona víctima de estados dictatoriales donde el lema “Por la Razón o la Fuerza” pasa a dar la justificación precisa a sus incapacidades intelectuales.

También esta película me hizo recordar cuando, en noviembre de 1996, montado en un camello cercano a la ciudad de Jerusalém (el animalito es precioso, pero me llené de pulgas), pasee por esos lugares desérticos donde, acompañado por el sonido proveniente de los minaretes de un pueblo cercano llamando a la oración, pude observar a los pastores árabes en sus tiendas de tela cruda conviviendo con sus animales. Por más que el guía me decía que eran pastores de cabras, en mi mente eran los beduinos que, en mis lecturas infantiles de “Las Mil y una Noches”, se hacían presentes. En ese momento pude dimensionar la fuerza que alcanzaba en mí esos silencios mágicos y solitarios que tuve en esa oportunidad. Sentado en una roca milenaria a las afueras de una iglesia de los tiempos de Jesús, observé el entorno buscando registrar en mi mente las sensaciones, los recuerdos, las imágenes. Nunca me he puesto a pensar por qué el pueblo árabe, con toda su cultura y naturaleza, me han sido especialmente atractivos. Recuerdo cuando visité la exposición de Claudio Bravo en el museo de Bellas Artes, varias de sus obras me resultaron en extremo atractivas, básicamente todas las que pudieran estar relacionadas al mundo árabe en cuanto a telas, turbantes, jarrones, y dos especialmente, “El Velo” y “El Turbante Rojo”.

Otras de las áreas que me hizo aflorar la película mencionada fue algo que me he negado a pensar siempre y que ahora busco identificar. A lo largo de los años he pretendido justificar de mil maneras la ansiada paternidad. Tiempo atrás, en esas conversaciones de amor-odio con mi amigo Daniel, hablando de nuestros sobrinos, y herederos de nuestros cariños y esperanzas, pude definir lo temeroso que he sido en ese aspecto. Asumiendo mi identidad homosexual, y viviéndola sanamente en una sociedad que reconozco perversa, el tema de la paternidad me resulta doloroso. Para Daniel, de acuerdo a lo conversado recientemente, da una salida adecuada a tal situación; yo, en cambio, asumo que, a través de mecanismos defensivos, me he negado un derecho que me resulta propio y natural… pero no me atreví. Considerándome un guerrero duro de matar, la presencia de un hijo me haría en extremo vulnerable porque siempre me postergaría por él (y como formador correspondería), y cada dolor de él tuviera se repetiría mil veces en mí. Por tal razón, cuando en la película veo a una madre judía luchando contra la discriminación que su propio pueblo le ha propinado a su hijo, por ser etiope y negro, el amor de esa madre realza la fuerza y belleza de la acción llevándola a niveles sublimes…pero también realza mis carencias y frustraciones dando paso a un llanto que por momentos me resulta incomprensible.

La película maneja y entrega mucha información de sociedades actuales en conflicto de las que no estoy obligado a procesar ni a hacer una apología sobre el bien o el mal, o de lo correcto o incorrecto; sin embargo solo me he referido a la motivación para ver esta película las cuales fueron ampliamente satisfechas por las emociones evocadas logrando así …tratar de “ser digno de ser” una mejor persona, tratar de “ser digno de ser” mas solidario, tratar de “ser digno de ser” mejor hijo, tratar de “ser digno de ser” un mejor hermano, tratar de “ser digno de ser” un mejor amigo.

Monday, February 26, 2007

Cuentos urbanos I: Febrero Erotizado
















Desperté con el ritmo musical de lo que bien pudiera haber sido una gotera bajando por las antiguas paredes de cemento viejo de mi departamento. Sin embargo, “la décima musa” tal como se refirió Platón de Safo, nacida en la isla de Lesbos, sucedió que mi amiga del tercer piso había llegado con “su amiga” desde esas milenarias y mitológicas islas griegas entregándose a las pasiones hormonales que le entregaban a caudales el estrógeno requerido para esas avezadas prácticas con ritmo y música celestial. Cuando logré concluir el origen de lo que me despertó surgió en mí esa complicidad con mi querida vecina y solo pude pensar que Eros llegó a finales de nuestro periodo estival cargando y bendiciendo con fuerza erótica toda esta jornada de fin de semana.

El tema no fue menor para mí. Después de pasar varios días de duelo por el fallecimiento de mi “partner”, a quien aún recuerdo con mucho cariño, pude salir con espíritu libre aceptando lo que las noches me regalaban tan generosamente. La primera noche fue, por decir lo menos, muy rara para pasar, posteriormente, a ser “muy especial”. Sucedió que me llamaron unos amigos para invitarme a un carrete de trasnoche cuyo anzuelo era la presentación de un “personaje” que juraban, sería de mi agrado. ¡¡El juramento no fue en vano!!. Ahí estaba parado con toda su estructura cargada de erotismo, sensualidad, seguridad y encanto personal. Frente a la inseguridad propia que me produce mi astigmatismo, lo que me hace dudar de todo lo que veo por la “magnitud del error de enfoque” que ello acarrea, me acerqué para constatar en terreno si era verdad lo que estaba viendo. Efectivamente era él, Roberto, un tipo fenomenal de 46 años que hace poco más de diez años dejamos una historia inconclusa. El cierre gestáltico en ese momento no fue requerida ni necesaria. La ansiedad del encuentro nos hizo vagar esa noche dando tumbos en tugurios legalizados que prometían diversión. Me sentí hormonalmente alterado, inquieto y sin embargo, en extremo cauto. La verborrea brotaba cargada de ansiedad dando paso, finalmente, a la calma y al ordenamiento de las palabras acompañadas de la coherencia pretendida. Frente a la complicidad silenciosa de los amigos del convite, Roberto nos invitó a terminar la noche en su departamento. Posteriormente ellos se fueron. Yo, por el tema de la poca frecuencia del Transantiago me quedé haciendo la hora. Cuando intuí lo que podía pasar esa noche en el departamento aquel, en mi mente surgieron miles de preguntas, cuestionamientos y, por qué no decirlo…miedos. Pensé en mis calcetines, rezando que no me sucediera lo que al Director del Fondo Económico Mundial con sus sendas “papas” en el dedo grande de sus pies. Revisé mentalmente cuáles calzoncillos llevaba; moría de solo recordar unos mata pasiones que estúpidamente guardaba como un fetiche los que en algún momento pudieran haberme recordado algún “tiempo de gloria” en las lides de la pasión amorosa. Recordé mi amnea del sueño, situación que me impediría dormir para no asustar con mis ronquidos al provocador de mis ansiedades, los que curiosamente cesan al dormir en un estilo “cucharita”…pero acompañado. También pensé en algo muy práctico, pero fundamental…el famoso condón. Como buen obsesivo, pensaba en todo. La verdad es que estaba aterrado y sentía que podía empatizar con el toro y su terror antes de entrar al ruedo y enfrentarse al torero. Sin embargo, la adrenalina surgida hacía cada vez más excitante lo vivido.

Roberto, con la seguridad y precisión del cirujano de excelencia que es, entraba incisivamente en mi mente descubriendo mi mundo interno donde muchas situaciones me eran desconocidas y, a veces, poco claras. Una invasión potente que yo aceptaba humilde y felizmente. Esa noche fue maravillosa, conversamos la vida, nuestras vidas sin ese “sentimiento católico” que hace de las vidas una sagrada perversión. Descubrimos lo agradecido y benditos que éramos por este encuentro y, en santo rito dimos paso a Morfeo quien no permitió la entrada ni de los calcetines y tampoco de los calzoncillos mata pasiones; la amnea fue dominada por la posición y los condones permanecieron atentos al requerimiento…si este se hubiese dado, claro. En todo caso, no era la idea.

Cercano a la hora del medio día fuimos, con la modorra a cuesta, abriendo lentamente los ojos. Cargado de caricias, libres en las expresiones del afecto fuimos tocando y reconociendo nuestros cuerpos. Roberto se levantó ágilmente llevando a la cama una bandeja cargada de frutas, jugos y galletas precisándome el área Light de los embelecos asumiendo como propio los cuidados que mi salud requería. Tal situación me hizo meditar y aceptar lo cansado que me encontraba de cargar solo con el peso de mi existencia, y lo bien que me hacía el recibir todo ello sin el compromiso sexual que bien podría sucederse en tal situación…y que yo, a esas alturas, me encontraba dispuesto a conceder sin poner mucha resistencia. Qué extraña y agradable sensación fue el cambio de mi forma de accionar frente a la situación descrita. Estaba totalmente vulnerable, absolutamente entregado, mis muros defensivos habían quedado no sé dónde mierda, mis calcetines y calzoncillos me importaban un carajo y tampoco sabía dónde habían quedado…!!! De pronto me acordé de la invitación a almorzar que tenía en casa de una conocida y conspicua familia de Santiago. El matrimonio me había invitado a las 14 hrs dando por seguro comenzarían a dar paso a la gula cercano a las 14:30, previo a un coctail con las consabidas exquisiteces. El ritual siempre era el mismo, solo variaban los comensales que hacían del almuerzo un éxito y hacía que no me perdiera invitación a tales encuentros. Con la confianza que sostengo con el matrimonio dueño de casa, pude solicitar la inclusión de mi nuevo “Partner”. Al observar a Roberto manejarse con tanta soltura y comodidad frente a mis amistades, aportando un mundo interesante, exquisito y verdadero a la mesa, sumado a sus miradas cargadas de complicidad entre nosotros pude, de momento, sustraerme y sentir la continuidad natural que se dio desde mi duelo por mi partner anterior para dar paso a esta posibilidad madura de amistad, pero no exenta de pasiones intelectuales y sexuales, lo que me hace definir que este fin de semana ha sido mágico y liberador en todas las áreas.

Sunday, January 28, 2007

Mi amiga Luli Vouitton...una acuariana dispersa y glamorosa






Debo decir que no soy fanático de las creaciones odiosas del cantautor Alberto Plaza, pero cierto día escuché una canción que reza así:

“Lourdes pequeña inocente quiero contarte una historia y alimentar tu memoria niña de mirada ausente aunque eres tan diferente Lourdes, te quiero cantar a ver si logro llegar a ese planeta distante de donde eres habitante y donde no quiero habitar”

De inmediato intuí que su musa inspiradora era mi amiga Lourdes Andrés, situación que confirmé posteriormente. Sin embargo, nunca pensé que la bajeza de un hombre estuviera representada en ese cantautor. Al terminar de escuchar la letra quedó claro que, lo que no pudo obtener a través del amor, lo destruye con malos poéticos versos como un encantador de serpiente que, finalmente, lanza su ponzoña. Pero Lourdes no es, ni ha sido nunca, una Cleopatra. Sobrevivió a su veneno.

Afirmo que en compañía de mi amiga Lourdes siempre lo he pasado muy bien. Me río de lo simple que toma su vida y la vida, de lo obsesivo de su creación, de sus tiempos propios, de lo olvidadiza y dispersa, de su paranoia controlada que la hace, por momentos, mágica; dejando fuera todas las otras implicancias que indican, en términos psiquiátrico, una patología mental.

Ella hoy, 24 de enero, esta de cumpleaños. Frente a esta situación no me queda más que recordar la celebración de algunos de su cumpleaños a los que yo he asistido. El año 2005 realizó uno en la azotea de un edificio estilo francés de la comuna de Las Condes. La gente asistente a la celebración era variada, con historias distintas, mundos distintos y, lejos, lo más entretenidas que hay. Había artistas de la fotografía, artesanos, periodistas, arquitectos, productores, gay, pintores, etc., una gama extensa y representativa de una sociedad en ebullición y divertida. Todo ello me hizo recordar mis lecturas sobre la biografía de Andy Warhol y su taller “Factory”, un lugar de su creación donde concurrían actores, socialités, músicos y gente “under”. Ese mundo me resulta, en extremo, fascinante porque me hace vivir lo que no me permito comúnmente en la vida diaria. Las líneas simples y geométricas de la azotea junto a sus paredes blancas, creaban un minimalismo escenográfico donde los alambres, chimeneas y alquitrán del techo evocaban sensaciones diversas, pero todas muy agradables. Lourdes Andrés, ese día, fue poseída por Warhol y Wollheim…para dar paso a su celebración.

Otro cumpleaños emblemático, para mí, fue el año 2006. Ese día Lourdes invitó, a la inglesa como habitualmente se estila, lo que implica que cada uno paga lo suyo, para celebrar su cumpleaños con nosotros, sus amigos del grupo XYZ123. Lugar del encuentro fue el local que se ubica inmediatamente al lado del Tavelli de Providencia. El perfil de quienes integrábamos ese selecto grupo sugería personas con sus billeteras escuálidas pero, sin duda alguna, cargados de glamour y lejos lo más entretenidas para gozar la vida y reírnos de la misma. El café costaba $ 750, una diferencia significativa de $ 200 con el Tavelli. La celebración, previa información de la festejada, duraba hasta las 21:30 hrs., momento que ella se retiraría para asistir al agasajo que le tenían preparado sus amigos del grupo ABC1, en rigor lo opuesto al grupo XYZ123 en términos de billeteras, pero igual de entretenidos y agradables. Ese encuentro fue en un pub de una calle aledaña a donde nos encontrábamos. La homenajeada me solicitó que la acompañara para no esperar sola a las personas promotoras de dicho festín. Ofreció invitar a tomarme un trago para que la acompañara en la espera, sin antes dejar de indicarme que no tenía los recursos necesarios para pagar un trago caro. Considerándome muy empático, en relación al sentir de mi amiga, pedí una cerveza, que dicho sea de paso no es de mi agrado, la solicité combinada con Fanta. Lourdes me increpó sobre la solicitud de ese trago tan popular en un lugar tan chic, por lo tanto, sin pestañear siquiera, pedí un tequila margarita y, posteriormente, un vodka naranja a cuenta de la festejada. Palideció, pero dignamente guardó silencio. Popularmente a esa situación se le llama “pisarse la cola”. Sus amigos llegaron una hora más tarde de lo convenido. Eran muy divertidos todos, especialmente uno de ellos, un arquitecto con el que nuevamente me reencontré en una de esas ventas privadas donde se vende todo el menaje de casa, con obras de arte incluidas. En aquella oportunidad me quedé un rato más, a instancias de los organizadores, y gocé de los manjares solicitados descubriendo una amplia y generosa mesa. Pude comprender ahí la magnitud del sentimiento doloroso del pueblo francés frente la magnificencia del reinado de Luis XVI y María Antonieta de Austria, dando paso a la revolución y que dicho sea de paso…le costó la cabeza a la Toña.

Si de glamour se trata, nada más cercano a Lourdes con respecto al tipo de periodismo que practica. Reportó recientemente en París el aniversario de la empresa Benetton, con la familia completa presente; por mes y medio las pasarelas fueron como su propia casa, los encuentros sociales llenaron su agenda y las “beauty people parisinas” fueron sus amigas de juego. Cuando digo “juego” me refiero a que esta situación, en la vida de Lourdes, es solo un acento o una coma pero nada trascendental para generar un cambio de actitud en su divertida vida, la cual quedó en el registro de ella y de nosotros, sus amigos, para recordarla en nuestras tertulias otoñales como una anécdota más. Nunca supe cuándo partió rumbo al “viejo continente”, solo me enteré cuando me participó, a través de un mail, sus andanzas por París y Barcelona, en esta última estuvo en casa de su madre. Nada en ella me sorprende, ella es encantadoramente dispersa y olvidadiza, muy característico de su signo, Acuario.

Este año, 2007, la celebración de su cumpleaños no fue distinta a las anteriores. Días antes me invitó a alojar a la casa de su hermano Jordi, quien también es amigo mío, y que estaba cuidando mientras éste se encontraba de vacaciones. Llevé un arsenal de películas pirateadas y gozamos de ellas hasta alrededor de las 3 de la madrugada. A esa altura la paranoia invadió la noche; cada ruido significó un asaltante, en cada suspiro un asesino asechaba y en cada ladrido del perro anunciaba algún crimen que saldría descubierto al día siguiente por la prensa. Las personas de la empresa ADT, tan desprestigiada últimamente, eran acosados por nuestros constantes llamados telefónicos donde presagiábamos nuestro trágico destino y solicitábamos patrullas de vigilancia. Nuestra seguridad de vida, finalmente, la depositamos en los dígitos de la alarma, la que fue asimilada como una oración. Llegar donde se encontraban los botones de pánico fue ejercitada de tal manera que podíamos llegar ahí, aún sin tener ojos. En conclusión, cada uno se encerró en su habitación asegurando la puerta con un mueble para, posteriormente, dar paso al encuentro con Morfeo. Debo decir que esta especial situación me hizo recordar cuando, de pequeño, armaba mi carpa en el patio de mi casa en Concepción. Ahí surgían, en la noche, todos los gigantes, los fantasmas, y todos aquellos miedos infantiles que hacían de esa situación como algo único, memorable, mágico y…¡¡terrorífico!! El día de la celebración llegué tarde, cargando los productos para hacer un rico almuerzo al día siguiente, las que cocinaría y serviría en la terraza con vista a la piscina, acompañando con buenos mostos y una entretenida conversación donde los temas nunca se concluirían, finalmente, porque a medio andar…ya no recordábamos el tema o, sencillamente, ya no nos importaba lo que estábamos conversando; he ahí lo disperso de los comensales, Lourdes y yo. Bueno, volviendo al asunto; el tema al que apunto es que nos encontrábamos todos los invitados a la celebración…¡¡¡menos la festejada!!! Ella se había ausentado para comprar hielo con la típica frase “voy y vuelvo enseguida”…una hora más tarde regresa y recibe, con asombro, los saludos de sus invitados con una cara de sorpresa y encanto que me fue difícil no recordar a Cecilia Bolocco cuando ganó el título de Miss Universo. Entre las personas que ahí nos encontrábamos había otra acuariana genial, Nicole, quien es prima de la festejada siendo ella una artista y expositora de excelencia. Me fue muy grato ese reencuentro, no paramos de conversar nuestros temas de interés…el mundo espiritual, es decir, literalmente hablamos de lo humano y lo divino. Ahí se conformó, finalmente, la trilogía acuariana, Lourdes, Nicole y yo; tres sujetos unidos por el concepto esotérico del signo, aunque de personalidades distintas entre sí pero los tres de marcadas características como lo son a valoración de la amistad, el amor universal, el altruismo y, por qué no decirlo, las revoluciones sociales. Fue, una vez más, una velada memorable aquella, la del festejo de mi amiga Luli Vouitton, como la he bautizado.



Monday, January 15, 2007

CARNES AL DISCO DONDE EL LOCO CROVETTO


La invitación al asado de “El Loco Crovetto”


En la semana entre el 8 y 12 de enero del 2007 recibí la llamada de un personaje, que en el transcurso de los años ha hecho honor a su apodo, “El Loco Crovetto”, que bien pudo haber sido el inspirador del tango clásico “Balada para un Loco” de Ferrer. Me hace mucho sentido, cada vez que la vida me reúne con ese loco, la parte recitada de dicha balada cuyo texto dice así:

“…detrás de ese árbol, se aparece él,mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonteen el viaje a Venus. Medio melón en la cabeza,las rayas de la camisa pintadas en la piel…”

Siempre “El Loco Crovetto” ha hecho su aparición en mi vida en forma sorpresiva, como detrás de un árbol, cargado de una bolsa con sus kilos de historias fantásticas, con sus amores recién sacados de la mata y esa risa chillona con movimientos histéricos que lo hace tan peculiar, por momentos tan histriónico y, por qué no decirlo, a veces insólito. Sino fuera así, no sería “El Loco Crovetto”, por cierto.

La llamada que recibí en Santiago, atiborrado de risas e insólitas bromas, no daban paso al juego de las adivinanzas. Me anticipó una invitación a un asado en su casa, Chillán (nunca supe que viviera en dicha ciudad), para el sábado 13 de enero donde nos iba a presentar, y a participar, al “amor de su vida”, Carolina, con quien deseaba unirse en santo vínculo…o por lo menos, de manera civil. Finalmente logré captar quién era el que me anunciaba, tan animadamente, dicho festín que prometía senda bacanal. En mi heredada sordera y mal reconocimiento de registros casi cuelgo el teléfono molesto, hasta que escuché a tiempo “…soy Rodolfo”, sería todo; me invadió la desesperanza.

Me leyó el programa de actividades y me entusiasmó con unas “carnecitas al disco” que prometían. Convenimos que los finos mostos serían aportados por los invitados. Demás esta decir que, cualquier persona que se precie, de por lo menos, tercera generación con zapatos, sabe que esa es una regla básica que no la da el “Manual de Carreño”, sino el criterio y el agradecimiento por haber sido considerado a tan magno evento. Finalmente, con mi amigo Ignacio llegamos a Chillán; siempre este amigo mío ha dado muestras de su generosidad y apoyo…sobretodo si se trata de copete y comida. Partimos raudo al Hipermercado a comprar sendos lomos vetados, vinos y el consabido wisky como un aporte a tan publicitada bacanal. Cómo no teníamos idea de cómo llegar a la casa del festejo, gentilmente nos vino a buscar el dueño de casa. Ahí me hizo sentido la otra parte del tanguito aquel:

“…Medio melón en la cabeza,las rayas de la camisa pintadas en la piel…”

Sin duda alguna que si lo hubiese visto nuestro gran humorista, Coco Legrand, ahí mismo lo inmortaliza. Lo único que puedo decir es que…estaba de miedo. Es más, tuvo el tupé de enrostrarme lo grueso de mi cuello y ciertas “patitas de gallo” que indiscretamente se hacían presentes en mi anatomía. Ante tal afrenta guardé respetuoso silencio y agradecí, una vez más, al altísimo que mis pensamientos no fuesen leído o interpretados por el vulgo. Finalmente llegamos a destino. Me presentó a Carolina, su pareja. Ella sin duda es regia, unos ojos maravillosos y de mirada gentil. Obviamente, unos veinticinco años más joven que el fauno aquel. Ella se integró rápidamente al grupo de cuarentones tirando para los cincuenta. Comenzó la tourné; muy linda la casa y acogedora. Se nota el sentido estético y creativo en la casa de un artista. Finalmente llegamos a la presentación del disco donde íbamos a tirar las “carnecitas”. En lo personal, miré con insolencia y complicidad ese disco, aquel iba a sacarme de mi dieta e iba a dar curso a la gula. Siendo éste considerado dentro de los siete pecados capitales, no me importó. Las “carnecitas” ya estaban insertas en mis neuronas y habían carcomido mi voluntad. Observé la cara de los comensales y, seguro estaba que corríamos por la misma pista. Debo decir que fui testigo de un milagro, como en las “Bodas de Caná”, donde el agua se convierte en vino; acá, en Chillán, las “carnecitas al disco” se convirtieron en sendos tallarines Nº 97 sobrecosidos y pegoteados, donde las salsas pasaron a ser las reinas, por lo exquisito de sus sabores, por una combinación adecuada y con la condimentación precisa. ¿Una contradicción, dirá el lector? No se preocupe…la vida esta llena de contradicciones.

Fuera de esta anécdota, debo decir que, dentro de la creatividad de los anfitriones, maravilloso encontré la idea que los comensales escribiéramos en un cuadernillo la emoción de ese encuentro. Eso nos obligó a conectarnos con nuestra parte femenina y trabajar un área que, más que darla a conocer, luchamos porque no se vea, que no se observe que es hermosa. Creo que “El Loco Crovetto” existe en el pensamiento mágico de ese hombre melancólico, en lo poético de su recuerdo, en la nostalgia del tiempo que ya fue. Y mientras escribo, se me viene la idea que “El Loco Crovetto” estará en el imaginario colectivo de nuestra generación, sobreviviendo a Rodolfo; y a nosotros, los comensales que estuvimos ese 13 de enero en su casa, nos sobrevivirá el recuerdo de haber vivido el milagro que las carnes se hayan convertido en tallarines Nº 97 y, casi cantando y casi llorando salimos diciendo así:

“…Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,no ves que va la carne rodando por Callao”

Sin embargo, quien nos fue a despedir a la calle fue “El Loco Crovetto” quien, con esa voz chillona, nos gritaba:

“…Quereme así, piantao, piantao, piantao...trepate a esta ternura de loco que hay en mí,ponete esta peluca de alondra y volá, volá conmigo ya:vení, quereme así piantao, piantao, piantao,abrite los amores que vamos a intentarla trágica locura total de revivir,vení, volá, vení, tra...lala...lara...”